domingo, 23 de septiembre de 2012

El conflicto árabe-israelí en la Biblia


Nos hemos acostumbrado al conflicto árabe-israelí, a la expansión de éste a los aliados de ambas partes, al terrorismo islámico, a la islamofobia consecuente, a la persecución de cristianos, etc.

Para mal, todo esto se mantiene en los titulares de las noticias año con año.  Actualmente se discute si hay una amenaza nuclear seria de parte de Irán hacia Israel; si Israel debe atacar a Irán en forma preventiva; si Estados Unidos debe apoyarlo; y qué debacle mundial puede desatarse si Irán es atacado, ya no digamos si lo es Israel.  Por otro lado, continúa el último capítulo de la "Primavera Árabe" del año pasado con la matanza de sirios que se revelan contra el dictador Hafez al Assad.  Y ahora, en algunos de los países que vivieron esa "Primavera Árabe" (Libia, Egipto, Túnez, etc.), debido a un coctel de causas conformado por viejo resentimiento, el terrorismo islámico que está presto para actuar a la menor oportunidad, y un video producido ex-profeso para ofender al Islam e incitar reacciones violentas, están ocurriendo manifestaciones muy peligrosas contra instituciones occidentales (embajadas, consulados, escuelas, cadenas comerciales, etc.), que ya cobraron la vida de 4 diplomáticos americanos, incluyendo la del Embajador en Libia, poniendo la zona aún más al rojo vivo, como si esto hiciera falta.


Sin ninguna duda, esto involucra intereses políticos y económicos más importantes de lo que imaginamos, pero obviamente, el componente más crítico es el religioso, con grandes choques entre los 3 grandes credos monoteístas:  El Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.  Ciertamente, podemos encontrar en la Biblia mucho que nos ayude a entender esto, lo cual veremos en esta entrada.

El origen del conflicto en la Biblia

Abraham (Ibrahim para los árabes), el gran personaje del Antiguo Testamento, es considerado como el padre de las 3 religiones monoteístas.  No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Génesis 17.5 RV95  Dios, conociendo la fe y obediencia de él, ... pues ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia. Romanos 4.3 RV95 ... le hizo varias promesas y pactos que incluían lo siguiente:  Jehová había dicho a Abram:  «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.  Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición.  Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra». Génesis 12.1-3 RV95

Pero había un pequeño inconveniente, Abraham y Sara, su esposa, eran muy viejos y ella, además era estéril.  Así que no veían cómo podría hacerse una "nación grande" de él.  Para colmo, pasaban los años, se hacían más viejos y se alejaba aún más la posibilidad de que esa gran promesa se haciera realidad, así que pensaron que Dios debía requerir que ellos hicieran algo por su cuenta.  El siguiente pasaje es fundamental para entender los antecedentes de este conflicto.
Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar. Dijo Sarai a Abram:  —Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva, y quizá tendré hijos de ella.  Atendió Abram el ruego de Sarai.  Así, al cabo de diez años de habitar Abram en Canaán, su mujer Sarai tomó a Agar, su sierva egipcia, y la dio por mujer a su marido Abram.  Él se llegó, pues, a Agar, la cual concibió; pero al ver que había concebido, miraba con desprecio a su señora.  Entonces Sarai dijo a Abram:  —¡Mi agravio sea sobre ti!  Yo te di a mi sierva por mujer, pero al verse encinta me mira con desprecio.  ¡Juzgue Jehová entre tú y yo!

Respondió Abram a Sarai:  —Mira, tu sierva está en tus manos.  Haz con ella lo que bien te parezca.  Y como Sarai la afligía, Agar huyó de su presencia.

La halló el Ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.  Y le dijo:  —Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?  Ella respondió:  —Huyo de delante de Sarai, mi señora.

Le dijo el Ángel de Jehová:  —Vuélvete a tu señora y ponte sumisa bajo su mano.

Le dijo también el Ángel de Jehová:  —Multiplicaré tanto tu descendencia, que por ser tanta no podrá ser contada.  Y añadió el Ángel de Jehová:  —Has concebido y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael porque Jehová ha oído tu aflicción.  Será un hombre fiero, su mano se levantará contra todos y la mano de todos contra él; y habitará delante de todos sus hermanos.

Génesis 16.1-12 RV95
Vemos que, siguiendo costumbres de esos tiempos, Sara propone que Abraham procree con su sierva Agar para darle de esa manera un hijo.  Pero las cosas no salen bien pues Agar no asumió bien su papel de madre sustituta y se sintió superior a Sara, como mujer fértil ante una estéril.  Ciertamente, la idea de Sara no era lo que Dios había dispuesto y por eso no funcionó, y tal vez no podamos culpar mucho a Agar por ello.  Por alguna razón, Sara achaca lo anterior a Abraham, pero éste se desentiende, no se resuelve nada y Agar, estando encinta, termina huyendo.  Es importante recordar que la Biblia, como en muchas otras ocasiones, en este caso se limita a narrar los acontecimientos sin emitir juicio sobre los personajes.

Entonces interviene el Ángel de Jehová (quien pudiera ser identificado como Cristo), para ordenarle volver con Sara y asumir su rol de sierva.  También la consuela con la profecía de que un numerosísimo pueblo descendería de su hijo que deberá llamar Ismael (heb. Dios escucha), de quien dice que será un hombre duro y violento que se enfrentará con todo el mundo y así mismo, también tendrá a todo el mundo contra él; y que habitaría frente a (opuesto a - que es lo que significa aquí en hebreo "delante") sus hermanos, entendido como enfrentado.  El principal hermano referido es Isaac, como veremos más adelante.


El pueblo árabe es considerado tanto por la Biblia como por el Corán, el libro sagrado del Islam, como descendiente de Ismael.  Aunque hubo conflictos entre los descendientes de Ismael e Isaac desde el principio, fue hasta unos 2,500 años después, que la profecía anterior comenzó a tomar mayor forma con Mahoma (c. 562 - 632), el profeta del Islam, quien conquistó toda la península árabe.  Después de su muerte, vinieron los Califas (árab. "sucesores"), quienes conquistaron primero territorios que abarcaron lo que son ahora las modernas naciones de Argelia, Turquía y Afganistán (por mencionar las más indicativas); y posteriormente hasta España y parte de la India (la parte que posteriormente fue mayoritariamente musulmana y se escindió en lo que ahora es Paquistán), en uno de los imperios más extensos de la historia.  Sin embargo, es justo mencionar que aunque el objetivo buscado era propagar la fe islámica, lo cual lograron en casi todos sus territorios conquistados hasta la fecha, también fueron tolerantes con los judíos y cristianos.

Millones de musulmanes por país
0.5-1  1-15  15-25  25-50  50-100  100+
Aunque ese imperio se retrajo políticamente, la propagación del Islam continuó hasta que hoy día, siendo la religión que más crece en el mundo, engloba a más del 23% de la población mundial.  Ahora, partiendo de esa gran plataforma global, la tolerancia anteriormente mencionada terminó hasta tiempos tan recientes como 1947, que fue cuando se emitió el Plan de Partición de Palestina de las Naciones Unidas.  Desde entonces y cada vez más, es que la profecía realmente está cobrando plena forma.

Herencia disputada

Antes de entender un poco más esto, es importante ver qué pasó con Ismael.  Conocemos la historia de que finalmente, tal como Dios lo había prometido, Sara concibió un hijo de Abraham, aún siendo estéril y ambos muy viejos.  Ese hijo fue Isaac.  El siguiente pasaje nos habla de que los problemas con Agar e Ismael continuaron.
El niño creció y fue destetado, y ofreció Abraham un gran banquete el día que fue destetado Isaac.  Pero Sara vio que el hijo de Agar, la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.  Por eso dijo a Abraham:  «Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac, mi hijo».  Estas palabras le parecieron muy graves a Abraham, por tratarse de su hijo.  Entonces dijo Dios a Abraham:  «No te preocupes por el muchacho ni por tu sierva.  Escucha todo cuanto te diga Sara, porque en Isaac te será llamada descendencia.  También del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente». Génesis 21.8 RV95
Así que, por celos de la herencia que correspondía a Isaac, Agar e Ismael tuvieron que ser finalmente echados; si bien, porque de todos modos Ismael era un hijo de Abraham (cf. Génesis 17.5), contó con la promesa reiterada de que surgiría "una gran nación" de él (cf. Génesis 21.18), lo cual ya vimos que se cumplió cabalmente.

Con el establecimiento de la nación de Israel se revivió la disputa de la herencia de Abraham, veamos porqué.

La Biblia contra la tradición islámica

Es también muy conocida la historia de que una vez que Abraham había visto finalmente que, al tener a Isaac, un hijo conforme a la promesa de Dios, se daba el primer paso indispensable para que él fuese "padre de muchedumbre de gentes", Dios le pide a Abraham nada menos que sacrificarle a Isaac.  Y Dios le dijo: —Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Génesis 22.2 RV95  Pero también conocemos el desenlace.  El ángel le dijo: —No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ya sé que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único hijo. Génesis 22.12 RV95  Así pues, Isaac fue el inicio del pueblo que Dios quería levantar de Abraham, de donde surgió Israel, Judá y Jesús, como el fruto último y a la vez primordial de esta promesa.

Aunque así lo vemos los cristianos y los judíos (que excluyen lo que mencionamos de Jesús), el Corán contiene una historia algo diferente a la anterior.
“Entonces le dimos la buena nueva de un niño benigno.  Y cuando tuvo bastante edad como para ir con su padre dijo:  «Hijito, he soñado que te inmolaba.  Mira qué te parece».  Dijo:  «Padre, haz lo que se te ha ordenado.  Encontrarás, si Dios quiere, que soy de los pacientes».  Cuando ya se habían sometido los dos y Abraham le había puesto contra el suelo, le llamamos:  «¡Abraham!, has realizado el sueño.  Así es como compensamos a quienes obran bien».  Sí, ésta era la prueba manifiesta.  Le redimimos mediante un espléndido sacrificio y perpetuamos su recuerdo en la posteridad.  ¡Paz sobre Abraham!  Así es como recompensamos a quienes obran bien”. Sura 37.100-110
En este relato no se nombra a ese "niño benigno" (justo), de manera que no es claro que sea Isaac (Zaki para los árabes).  Si bien desde casi los inicios del Islam, ha habido exégetas musulmanes que consideran que ese niño sí fue Isaac; al no estar nombrado, la tradición preponderante de los musulmanes fue que el hijo de la promesa que iba a ser sacrificado fue Ismael.  Por lo tanto, el pueblo árabe y los creyentes del Islam, consideran que son ellos los beneficiarios de las promesas de Dios a Abraham.

Conclusión

Este tema da para mucho.  Habría que hablar mucho más sobre Israel como "pueblo elegido", del Islam, sobre su historia, la creación de la nación de Israel, el terrorismo islámico, las profecías bíblicas relativas, las profecías del Islam, etc. etc.

Que esta entrada sirva exclusivamente para conocer las raíces de este conflicto que encontramos en la Biblia.  Por supuesto, hay más que esto en este conflicto tan crítico en la geopolítica mundial, pero sin duda, el conflicto nació en lo anteriormente revisado.

Los saluda como siempre su amigo el Biblioguero.

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2 comentarios:

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    1. Nueva y lamentablemente, me he visto obligado a suprimir el comentario de uno de mis lectores. Aunque reitero que realmente aprecio los comentarios contrarios, éstos tienen que ser respetuosos y no caer en denostar o hasta despreciar a ningún grupo de gente, en este caso los judíos. Las opiniones de este comentario pudieron haber sido respetables de no haber caído en adjetivos despreciativos y consignas de odio.

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