domingo, 10 de marzo de 2013

¿Porqué hay niños que sufren?


Esta es una pregunta que podemos hacernos cuando vemos niños sufriendo en situaciones desgarradoras que nos parten el alma.  Los niños son personas básicamente inocentes y, lejos de ser culpables de sus circunstancias, como nosotros podemos serlo muchas veces, son víctimas; así que cuando vemos esto, pensamos que podemos voltear a Dios y reprocharle que esté sucediendo tal injusticia.  Encontremos respuesta a lo anterior en lo que la Biblia nos dice.

La triste realidad de muchos niños

La infancia es una época de la vida en la que generalmente esperamos que sea de alegría y tranquilidad, en la que podemos contar con el cuidado y sustento de nuestros padres, que nuestra principal obligación sea aprovechar la educación de la casa y la escuela, y podamos disfrutar de bastante tiempo libre para divertirnos con los amigos.  Así también, Dios espera la vida para los niños, como lo planea para el tiempo de la restauración final:  Los niños y las niñas volverán a jugar en las calles de la ciudad.” Zacarías 8.5 NVI

Aunque eso lo pueden vivir muchos niños de diversos niveles económicos, no necesariamente sólo los más ricos, hay muchísimos que están lejos de vivirlo.  Revisemos algunos datos:

  • Uno de cada 6 niños está desnutrido (fuente www.globalhealthfacts.org), lo cual causa el 35% de las enfermedades que éstos sufren y el 54% de su mortalidad.  Los que sobreviven lo hacen con fuertes desventajas en su desarrollo físico y mental.

  • Uno de cada 6 niños de entre 5 y 14 años de edad trabaja, muchas veces impedido de ir a la escuela, sin paga, en condiciones peligrosas, golpeados, abusados y hasta como esclavos (fuentes www.unicef.org, www.ilo.org, www.crin.org).

  • Muchos sufren violencia intra-familiar, sobre todo cuando alguna adicción está presente en sus padres, ya sea alcohol o drogas.  Esto, además del sufrimiento inmediato, causa traumas sicológicos y puede replicarse en el comportamiento del niño en su vida adulta, generando un feo círculo vicioso.  No hay estadísticas confiables sobre esto pero, sin duda, está ligada a las de estas adicciones (ver entradas ¿Prohibe la Biblia las bebidas alcohólicas? y Las drogas en la Biblia).

  • Y aunque hay otros azotes, está el horrible espectro del abuso sexual, que incluye males tan deleznables como la pederastia y la prostitución infantil.  Tampoco hay estadísticas globales sobre esto, pero sabemos que la prostitución infantil es rampante en muchos países de Asia y, como dato preocupante para nuestra Latinoamérica, hay una alarmante tendencia a la alza en nuestros países.  Sobre pervertidos como estos advertía Jesús:  Pero a quien sea causa de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que lo arrojaran al fondo del mar con una piedra de molino atada al cuello. Mateo 18.6 BLP


Hay pues muchos cuadros que nos pueden romper el corazón, de niños en los huesos, mosqueados, lastimados física y emocionalmente, u otros que preferimos ni pensar que existen pero que son una realidad lacerante.  ¿Porqué sucede esto?

El ejemplo de Judá antes de su exilio por Babilonia

Jerusalén, capital del reino de Judá, en vez de ser el centro de adoración y obediencia a Dios, se convirtió nada menos que en lo peor de lo peor, lo cual podemos apreciar claramente en el siguiente pasaje:
»Así dice el Señor omnipotente: Ésta es la ciudad de Jerusalén. Yo la coloqué en medio de las naciones y de los territorios a su alrededor. Pero ella se rebeló contra mis leyes y decretos, con una perversidad mayor a la de las naciones y territorios vecinos. En otras palabras, rechazó por completo mis leyes y decretos. »Por eso yo, el Señor omnipotente, declaro: Ustedes han sido más rebeldes que las naciones a su alrededor; no han seguido mis decretos ni obedecido mis leyes, y ni siquiera se han sujetado a las costumbres de esas naciones. Ezequiel 5.5-7 NVI
Nótense varios puntos muy interesantes.  Jerusalén se rebeló contra las leyes y decretos de Dios, pudiendo entender por "rebelarse" que no sólo no las obedeció, sino que asumió una posición contraria a éstas.  Pero esto sigue, lo hizo "con una perversidad mayor a la de las naciones y territorios vecinos"; así que la ciudad que debía haber sido valuarte de las enseñanzas de Dios, resultó ser aún más perversa que todos los demás.  El pasaje deja claro que eso significó que Jerusalén "rechazó por completo" sus leyes y decretos; es decir, tomaron un rumbo completamente distinto, siendo radicales en su rebelión.  Y por si eso no fuera suficiente, el pasaje termina diciendo que ni siquiera se sujetaron a las costumbres de las otras naciones; lo que podemos interpretar como que ni siquiera siguieron lo bueno que había que seguir de los otros.

Vemos que Jerusalén era un caso totalmente perdido, tanto que incluso se comparaba desfavorablemente con la misma Sodoma.  Porque más fue la iniquidad de la hija de mi pueblo que el pecado de Sodoma, que fue destruida en un instante, sin manos que se alzaran contra ella. Lamentaciones 4.6 RV95

Uno de los últimos reyes de Judá, que se destacó por su perversión fue Manasés. Veamos el ejemplo que le dio a su pueblo:  Sacrificó en el fuego a sus hijos en el valle de Ben Hinón, practicó la magia, la hechicería y la adivinación, y consultó a nigromantes y a espiritistas. Hizo continuamente lo que ofende al Señor, provocando así su ira. 2a Crónicas 33.6 NVI  Efectivamente, sus prácticas fueron seguidas.  También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá. Jeremías 32.35 NVI

Es de llamar la atención que de este nefasto lugar, "el valle de Ben Hinón" (hijo de Hinom), se derivó el término hebreo גהנום/גהנם -'Gehenna', que es la palabra que se traduce más correctamente como "el Infierno", el destino de los perdidos.

Cuando Jerusalén y Judá cayeron finalmente, los niños fueron nuevamente víctimas inocentes de ello.  ¡Levántate, da voces en la noche al comenzar las vigilias! Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza a él tus manos implorando la vida de tus niñitos, que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles. Lamentaciones 2.19 RV95

Lecciones a aprender

Vemos un cuadro bastante desagradable sobre la Jerusalén previa a los tiempos del exilio de Babilonia (c. 597 A.C.).  ¿Cuál es la relación de esto con nuestros tiempos?  Que al vivir en una cultura no sólo alejada de Dios, sino contrapuesta a Él, los niños fueron víctimas tanto de sus pecados como de las consecuencias de éstos.


¿Quiénes son los que generan las condiciones de pobreza en las que muchos niños sufren de inanición?  Los hombres con su avaricia y corrupción.  Nuestro mundo nos ofrece suficientes recursos para vivir bien pero se manejan con egoísmo, estupidez y desperdicio.  En el campo del pobre hay abundante comida, pero ésta se pierde donde hay injusticia. Proverbios 13.23 NVI (ver entradas Avaricia, crédito y ruina del mundo y Con el sudor de tu frente, ¿pero porqué tanto?).

¿Quiénes los explotan, maltratan y abusan de ellos?  Los mismos hombres son su avaricia y corrupción, pero añadámosle también crueldad y perversión.  En la búsqueda del beneficio personal sobre todas las cosas, en el afán de acaparar bienes y obtener placer constantemente, no hay miramientos para nadie, ni siquiera para los niños.  Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mateo 18.10 RV95

Lamentablemente, este mundo se va asemejando mucho a esa Jerusalén.  Las creencias que van prevaleciendo, y la tendencia que hay de que aumentan, así lo hacen manifiesto.  El desprecio o desinterés a las cosas de Dios, la atracción hacia el ocultismo y esoterismo, el poder del dinero, la fascinación por la violencia y el sexo, las adicciones, etc., etc., cobran su factura en cómo vivimos y, tristemente, en como formamos a nuestros hijos (escribo más específicamente sobre esto en la entrada Los 10 anti-mandamientos de la cultura actual).

Los niños como Dios los quiere

Los niños representan el estado de nuestras vidas en el que somos más aceptos para Dios, así que son algo muy preciado para Él.  Es bien conocido el pasaje donde Jesús así nos lo dice:  Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.» Mateo 19.13-14 NVI  ¿Cómo ser como ellos?  En que no tienen la malicia de los adultos.  Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en cuanto a la malicia y maduros en cuanto al modo de pensar. 1a Corintios 14.20 RV95

Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños. Mateo 18.14 RV95  No es voluntad de Dios la injusticia de su sufrimiento.  Él valora lo bueno y malo que hagamos por ellos de tal forma que Jesús dijo:  Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Mateo 25.40 RV95  (En este pasaje, el término "pequeño" abarca no sólo a los niños, pero indudablemente están especialmente aludidos al haberse empleado específicamente este término).


Cuidemos de nuestros niños, ciertamente de nuestros hijos si los tenemos, pero también de todos a los que podamos tender la mano.  ¡Ellos lo merecen y Dios se agrada encarecidamente de ello!

Su amigo el Biblioguero.

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