jueves, 14 de junio de 2012

La deificación del hombre


He aquí lo que se piensa ahora en muchas nuevas religiones y otras no tanto, con antiguas filosofías:  Un Dios que vivía en un planeta lejano creó a un duplicado de sí mismo en el hombre, había creado un dios (con d minúscula), el cual puede descubrir el gran poder oculto que tiene en la fe en sí mismo, y en la capacidad creadora de sus palabras y la visualización de sus pensamientos.  ¿Qué hay de cierto en esto?  Veamos lo que la Biblia dice al respecto.

El Salmo 82

Dios preside el consejo celestial

Resulta que la Biblia misma dice que somos dioses en este salmo.
1 Dios preside el consejo celestial;
entre los dioses dicta sentencia: 2 «¿Hasta cuándo defenderán la injusticia
y favorecerán a los impíos? *Selah
3 Defiendan la causa del huérfano y del desvalido;
al pobre y al oprimido háganles justicia.
4 Salven al menesteroso y al necesitado;
líbrenlos de la mano de los impíos. 5 »Ellos no saben nada, no entienden nada.
Deambulan en la oscuridad; se estremecen todos los cimientos de la tierra. 6 »Yo les he dicho: "Ustedes son dioses;
todos ustedes son hijos del *Altísimo." 7 Pero morirán como cualquier *mortal;
caerán como cualquier otro gobernante.» 8 Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra,
pues tuyas son todas las naciones. Salmo 82 NVI (énfasis mío)
Este salmo fue citado por el mismo Jesús:  Jesús les respondió: —¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo dije, dioses sois”? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: “Tú blasfemas”, porque dije: “Hijo de Dios soy”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en el Padre. Juan 10.34-38 RV95  Parece pues que lo que se piensa tiene algún fundamento.  Estudiemos más a fondo esto.

¿Hay otros dioses aparte de Él?  En la Biblia, Dios mismo nos dice que no.  Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir y yo hago vivir, yo hiero y yo sano, y no hay quien se pueda librar de mis manos. Deuteronomio 32.39 RV95  «Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí. Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador. Yo he anunciado, salvado y proclamado; yo entre ustedes, y no un dios extraño. Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, y yo soy Dios. Desde los tiempos antiguos, yo soy. No hay quien pueda librar de mi mano. Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo.» Isaías 43.10 NVI  (Nótese la profusión del enunciado "yo soy").

Recordemos que "la Escritura no puede ser quebrantada" (Juan 10.35b).  Entonces, ¿cuál es la explicación del uso del término "dioses"?  Efectivamente, la palabra en hebreo es אֱלֹהִ֔ים - 'elohim', que significa literalmente "dioses" pero que también se utiliza en la Biblia Hebrea ('Tanach', Antiguo Testamento), para denominar a Dios, empleándose casi siempre con verbos y adjetivos en singular.  Sin embargo, según el contexto de la Biblia en general, y del Salmo 82 en particular, la denominación de "dioses" se aplicó a los Jueces, quienes gobernaron a Israel antes del tiempo de David (y de Saúl), y quienes frecuentemente fueron hombres injustos y en cuya época cundió la inmoralidad.  En aquellos días no había rey en Israel y cada cual hacía lo que bien le parecía. Jueces 21.25 RV95

Pero, ¿porqué llamar "dioses" a los Jueces?  Porque eran Sus representantes, de la misma manera que, por ejemplo, Dios quiso que faraón viera a Moisés.  Jehová dijo a Moisés: —Mira, yo te he constituido dios para el faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Éxodo 7.1 RV95  En este caso, el original en hebreo es justamente 'elohim', y hay que aclarar que Moisés siempre aludió correctamente a Dios como siendo él (Moisés) su representante, por lo que el uso del término 'elohim' para Moisés, implica que ante faraón, Moisés estaba en Su representación.  Así pues, de esa manera estaban también los Jueces ante el pueblo de Israel, como siendo los representantes de Dios.  Incluso, hay otro salmo que así lo implica:  ¿Habláis en verdad justicia, oh dioses? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres? No, pues en el corazón cometéis iniquidad; la violencia de vuestras manos repartís en la tierra. Salmo 58.1-2 BLA

Jesús citó el Salmo 82 como argumento contra quienes se escandalizaban por sus aseveraciones de que "El Padre y yo uno somos." (Juan 10.30 RV95), y de que el “Hijo de Dios soy” (fragm. Juan 10.36 RV95).  Su lógica era:  Si de ustedes, siendo malos (ver contenido de todo el Salmo 82), se llegó a decir que son "dioses", cuanto más podría ser esto mucho más válido del que hacía las obras de Su Padre (cf. Juan 10.37-38).

Nosotros no somos como Él

Es común escuchar en filosofías esotéricas, 'New Age', y algunas religiones como el Mormonismo y la Cienciología, que nosotros somos como Dios, o podemos convertirnos en dioses.  En la metafísica de pretende que con meramente proferir como un mantra "Yo Soy", nos hacemos uno con el Ser Creador y podemos compartir su poder.

Es primordial entender nuestra naturaleza de creación que no nos hace ser lo mismo que el Creador.  En ninguna parte de la Biblia se dice eso.  El único que lo dijo fue Jesús (cf. Juan 10.30), porque Él es el único hijo de Dios.  »De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3.16 RV95 (énfasis mío)

Hay quienes sostienen que al ser "hijos de Dios", debemos tener exactamente Su misma naturaleza, como la tiene la descendencia de cualquier ser vivo que comparte el mismo ADN de sus progenitores (los hijos, o mejor dicho, crías de tigre son tigres).  Pero se olvidan que Dios nos creó sólo a su semejanza, no como copias exactas.  El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Génesis 5.1b RV95  Y de que nuestro carácter de hijos de Dios, del Altísimo, lo tenemos sólo en carácter de adoptivos.  Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, ... Efesios 1.5 RV95

El engaño antiguo

La pretensión de que seamos como Dios es un embuste de Satán con el que sedujo a Adán y Eva para traicionar a Dios.  Entonces la serpiente dijo a la mujer: —No moriréis. Pero Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal. Génesis 3.4-5 RV95  Todo lo cual fue un sofisma pues sí murieron, no fueron como Dios, y su forma de conocer el bien y el mal no fue lo que esperaban (ver entrada ¿Cuál fue el famoso Pecado Original?).

Lo que siguen buscando quienes creen que pueden ejercer el poder de Dios, es replicar el poder de su voluntad creadora.  Que así como Él, con la seguridad de ser quien es ("Yo soy el que soy" fragm. Éxodo 3.14), creó el universo y lo gobierna; así nosotros, con suficiente fe en nosotros mismos podemos lograr que el universo conspire a nuestro favor, tal como se sostiene con la famosa "Ley de la Atracción" de El Secreto de Rhonda Byrne.  O incluso teniendo una incorrecta fe en Dios, a través de "decretos" podemos hacer que Él haga lo que le pidamos, como si invocáramos un espíritu con hechizos o encantamientos, y Dios fuese un ente manipulable a nuestra disposición.  No debe malentenderse una sana auto-estima (ver entrada El dilema de la fe vs. la razón), pero tampoco pervertir de esa manera la fe.

Conclusión

Ni nosotros, como creación, somos equiparables a Dios, el Creador.  »¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?¡Házmelo saber, si tienes inteligencia! Job 38.4 RV95  Ni Él es como nosotros.  Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y no cumple? Números 23.19 RV95

Él es todo poderoso, y sí quiere compartir su poder con nosotros.  Dios es el que me reviste de poder y quien hace perfecto mi camino; ... Salmo 18.32 RV95  Lo que podemos hacer a través de Jesús, Nuestro Señor.  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4.13 RV95  Y de su Espíritu ... porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2a Timoteo 1.7 RV95  Pero siempre dándole su lugar a Él.  “Que ante mí se doblará toda rodilla y jurará toda lengua”. Isaías 45.23b RV95

Los saluda su amigo el Biblioguero.

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