sábado, 10 de diciembre de 2011
¿Qué es el diezmo?
El diezmo es un tema que puede darle escalofríos a mucha gente, porque si hay algo que nos duele en este mundo es el bolsillo. Hablar sobre esto, también es incómodo en muchas iglesias pues, ciertamente, puede prestarse a malentendidos y abusos. Por eso, aunque podemos tener una idea sobre el diezmo, es un tema menos conocido de lo que se debe, muchas veces incomprendido, pero a la vez muy importante. Veamos qué realmente es, porqué nos puede incomodar, si debiéramos darlo y otros detalles relevantes.
Historia del diezmo en la Biblia
La palabra diezmo viene del latín 'decimus' y en la Biblia se utiliza para llamar al tributo del 10% que se dedicaba a los fines que Dios indicaba. La descripción general es la siguiente: »El diezmo de todo producto del campo, ya sea grano de los sembrados o fruto de los árboles, pertenece al Señor, pues le está consagrado. Levítico 27.30 NVI Dios reclamaba el 10% de todo lo que se midiera a granel, es decir, de todo lo que se pudiera calcular y separar un 10% en forma práctica. Además del diezmo, también reclamaba las primicias, lo cual significaba que los primeros frutos, entendiendo esta palabra en su sentido más amplio, debían destinarse a la disposición de Dios. »Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová, tu Dios. Éxodo 23.19 RV95 El término de primicias se aplicaba también para la forma en que debían ofrendarse cosas que no pudieran calcularse y separarse en forma práctica en un 10%, como era con unas pocas cabezas de ganado. »Tampoco comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas ni de tus ovejas, ni los votos que prometas, ni las ofrendas voluntarias, ni ninguna otra ofrenda reservada de tus manos, ... Deuteronomio 12.17 RV95 Así pues, el diezmo se trataba de dedicarle a Dios el PRIMER 10% de nuestros frutos.
¿Para qué era ese 10%? La Biblia no lo especifica siempre, como cuando se menciona por primera vez cuando Abraham se lo entrega a Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo (cf. Génesis 14), después de derrotar al rey Quedorlaomer para rescatar a Lot. ... y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos». Y le dio Abram los diezmos de todo. Génesis 14.20 RV95
Posteriormente, su aplicación específica era para sustentar a la tribu de Leví, ya que a ellos no les fue asignada ninguna porción de territorio como heredad y eran los encargados de cuidar, trasladar, montar y desmontar el Tabernáculo que servía de lugar donde moraba la presencia divina de Dios. Yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel como heredad por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del Tabernáculo de reunión. Números 18.21 RV95 El diezmo continuó entre los judíos cuando el Tabernáculo fue reemplazado por el Templo que edificó Salomón, y después de éste hasta los tiempos de Jesús.
Todo se lo debemos a Dios
Debemos partir de que absolutamente todo lo que tenemos y disfrutamos se lo debemos a Dios. Si bien lo que tengamos parezca ser el fruto de nuestro esfuerzo, en última instancia lo que hayamos logrado lo hemos hecho gracias a todo lo que Dios nos ha dado, desde la vida misma hasta todo lo demás, como la mucha o poca salud que tengamos, nuestros talentos, nuestra fuerza o vigor, lo que hayamos recibido de nuestra familia o amigos, las oportunidades que hayamos tenido, etc., etc. Así que no se ensoberbezca tu corazón y te olvides de Jehová, tu Dios ... y digas en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza”; sino acuérdate de Jehová, tu Dios, porque él es quien te da el poder para adquirir las riquezas, a fin de confirmar el pacto que juró a tus padres, como lo hace hoy. Deuteronomio 8.14a,17-18 RV95 Si entendemos esto podemos deducir que a Dios no sólo le pertenece el 10% sino el 100%. Esto es aún más claro para los que creemos en Cristo como Nuestro Señor. ... y vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios. ... pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1a Corintios 3.23, 6.20 RV95
Sin embargo, Dios nos ha puesto cargo de su creación. Y los bendijo Dios con estas palabras: «¡Reprodúzcanse, multiplíquense, y llenen la tierra! ¡Domínenla! Génesis 1.28a RVC El significado de lo anterior es que Dios nos ordena que aprovechemos los recursos de la Tierra para nuestro beneficio, lo cual fue un regalo extraordinario. Volviendo al diezmo, Dios nos pide de todo esto sólo un 10%, ¡por lo que nos deja el 90%! Esto no suena como un mal trato en absoluto.
¿Porqué nos duele dar el diezmo?
En primer lugar por nuestra naturaleza egoísta. »Desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. ... »Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 6.13, 17.9 RV95 Estas palabras del profeta Jeremías dirigidas al entonces decadente pueblo de Judá se pueden aplicar al grueso de nosotros a través de los siglos y a lo largo del mundo. Nuestro primer amor e interés es por nosotros mismos (ver entrada El Plan de Salvación - ¿Pero de qué?), y el primer destino de nuestros recursos es para satisfacer desde nuestras necesidades legítimas hasta nuestros más tontos caprichos. Si bien es bueno y natural que cuidemos de nosotros mismos, no lo es que tan frecuentemente nos olvidemos de los demás. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22.39b RV95
Como si eso no fuera suficiente, Satán y el mundo nos seduce, nos orilla y nos fuerza a que el dinero sea el amo de nuestras vidas. La cultura del mundo nos hace anhelar poseer muchas riquezas para vivir el falso ideal de contar con todas las comodidades imaginables, cumplir todos nuestros sueños o satisfacer todos nuestros caprichos. El príncipe de este mundo (cf. Juan 16.11), nos engaña como quiso tentar a Jesús. Le dijo el diablo: —A ti te daré todo el poder de estos reinos y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy. Lucas 4.6 RV95 En otra perspectiva, podemos querer atesorar suficiente dinero (que nunca lo es) para sentirnos siempre seguros. ... y diré a mi alma: ‘Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate’ ”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?”. Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios». Lucas 12.19-21 RV95 O simplemente queremos sobrevivir en este mundo cada vez más duro y difícil. Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: Vanidad y mentira aparta de mí, y no me des pobreza ni riquezas, sino susténtame con el pan necesario, no sea que, una vez saciado, te niegue y diga: «¿Quién es Jehová?», o que, siendo pobre, robe y blasfeme contra el nombre de mi Dios. Proverbios 30.7-9 RV95 Así que, ya sea que nos posea una avaricia insaciable o nos presione lo duro de este mundo, el dinero nunca parece ser suficiente para nuestros caprichos o parece nunca alcanzar para lo que necesitamos.
»Ningún siervo puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas». Lucas 16.3 RV95 En el original griego, "riquezas" se escribe 'Mammon', que es un dios de la avaricia y riquezas injustas. La economía del mundo está regida por ese falso dios que justamente busca, y logra en muchos, estimarlo a él y menospreciar al único y verdadero Dios. Por eso la economía humana no es justa y genera pobreza. Por eso, entre muchas otras cosas, el absurdo fenómeno del desempleo en el que muchas personas con capacidad de llevar pan a su casa no encuentran ocupaciones remunerativas (ver entrada Avaricia, crédito y ruina del mundo).
Sumémosle a lo anterior el pago de impuestos, a veces desmedidos y para gobiernos corruptos, gastos imprevistos, etc., y ese 10% nos parecerá gigantesco y demasiado precioso. La alternativa que surge de eso es lo que ahora conocemos como la limosna: "Dar de lo que nos sobra". Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre y echó dos blancas, o sea, un cuadrante. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: —De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca, porque todos han echado de lo que les sobra, pero esta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento. Marcos 12.41 RV95 Lo que nos enseña que aunque Dios nos pide un 10%, no hay ningún impedimento para que sea más.
¿Debemos dar el diezmo?
Con nuestro dinero, tanto con nuestra vida y todo lo que tenemos gracias a Dios - diciendo esto no como cliché sino literalmente, se aplica el principio que Jesús nos explicó en la parábola de los talentos (cf. Mateo 25.14-30, talento era una unidad de medida aplicada al oro y de esa palabra se deriva el uso actual como sinónimo de "habilidad"), donde Jesús nos ilustra que Dios espera que hagamos que esos talentos trabajen para rendirle cuentas a Él. Así pues, Dios nos puede bendecir con su provisión si nosotros a nuestra vez podemos ser de bendición a otros. Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir». Lucas 6.38 RV95 No digo esto para que haya para otros holgura y para vosotros escasez, sino para que en este momento, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: «El que recogió mucho no tuvo más y el que poco, no tuvo menos». 2a Corintios 8.13-15 RV95 Esto último puede sonar comunista pero está en la Biblia. Sin embargo, Dios no tiene problema con que alguien tenga más que otros mientras maneje mejor lo que Dios le da según sus propósitos. ... porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Mateo 25.29 RV95
La respuesta es que debemos procurar darlo, porque Dios se agrada de esto, somos de bendición para otros y, al final para nosotros mismos.
Ahora bien, al estar en el Nuevo Pacto de Jesucristo, ya no estamos "bajo la Ley" y obligados a hacerlo. Esto está bien si recordamos a los fariseos que consideraban escrupulosamente el diezmo pensando que con su cumplimiento (y el de otras disposiciones) ya satisfacían a Dios, olvidando el verdadero espíritu de eso. »Pero ¡ay de vosotros, fariseos!, que diezmáis la menta, la ruda y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. Lucas 11.42 RV95 No obstante, nótese que Jesús agrega que eso les "era necesario hacer". ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! Romanos 6.15 RV95
Si bien, sabemos que el mero cumplimiento de mandamientos no nos congracia con Dios sino aceptar su regalo de salvación (ver página El Plan de Salvación), Dios espera nuestra ofrenda del diezmo, de más que eso, o de lo que cada uno sepa en su corazón que puede dar, para que esté lista como muestra de generosidad y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. 2a Corintios 9.5b-7 RV95
¿Cómo y a quién darlo?
Partiendo del destino original, lo natural es ayudar al sostenimiento de la iglesia a la que pertenezcamos y sus misiones, si las tiene. En la ley de Moisés está escrito: «No pondrás bozal al buey que trilla». ¿Se preocupa Dios por los bueyes o lo dice enteramente por nosotros? Sí, por nosotros se escribió esto, porque con esperanza debe arar el que ara y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿será mucho pedir que cosechemos de vosotros lo material? 1a Corintios 9.9-11 RV95 Creo que hay muchas iglesias con grandes y preciosos ministerios que son dignas de nuestra confianza.
Tristemente, también hay muchas iglesias que se justifican con lo anterior, engañan a muchos incautos y se convierten en grandes y muy lucrativos negocios que además ponen en mal al cristianismo. Hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras y hasta negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán su libertinaje, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado. Llevados por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya hace tiempo la condenación los amenaza y la perdición los espera. 2a Pedro 2.1-3 RV95 Seamos muy cautos y oremos por discernimiento. Entonces os volveréis y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve». Malaquías 3.18 RV95
Basado en la Biblia, creo que también podemos dar nuestro diezmo a otras instancias o personas que estén en necesidad, desde fundaciones u organizaciones de beneficencia, amigos o familiares, siempre discerniendo según el pasaje anterior. En Hechos 10 leemos que Cornelio, centurión de la compañía llamada «la Italiana», ... hacía muchas limosnas al pueblo ... (entendiendo aquí "limosnas" no como lo mencionamos anteriormente, sino de la palabra griega ἐλεήμων - 'eleēmōn' que significa "misericordioso"). Lo anterior adquiere más relevancia recordando que Dios dispuso que él, su familia y amigos, fueran con quienes se inaugurara el ministerio a nosotros los gentiles.
¿Qué pasa si alguna vez nos engañaran? Nosotros habríamos hecho Su voluntad y los engañadores le rendirán cuentas a Él. Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará. Proverbios 25.22 RV60 ¿Qué pasa si lo poco que tenemos proviene a su vez de ayuda que recibamos. Un sacerdote, hijo de Aarón, estaría con los levitas cuando estos recibieran el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a los depósitos de la casa del tesoro. Nehemías 10.38 RV95
Vemos que no tenemos excusa. Los invito a que comprobemos lo que Dios nos dice: Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3.10 RV95
Que Dios nos bendiga a todos, su amigo el Biblioguero.
-
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
EN EL NUEVO TESTAMEN NO ENCUENTRO EL DIEZMO COMO NORMA
ResponderBorrarEstimado lector, no hay ninguna referencia directa sobre el diezmo en el Nuevo Testamento. ¿Implica eso que estamos libres de hacerlo? Sí, en el sentido de que no es de ninguna manera un requerimiento para nuestra salvación; y por supuesto, pretender "comprar" el favor de Dios con ello es muchísimo peor que no diezmar u ofrendar. Por otro lado, el espíritu de reconocer que lo que tenemos se debe a Dios y el devolver parte de eso para fines que le sean agradables, continúan definitivamente siendo válidos y Él, si nuestro dar nace de las razones correctas, nos lo reconocerá.
Borrar